jueves, 7 de noviembre de 2013

Romance del Conde Olinos

Mientras llegamos os dejamos una de nuestras canciones favoritas, ya nos la oireis cantar.

Madrugaba el Conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
entona un dulce cantar:
las aves que iban volando
se paraban a escuchar;

 Desde lo alto de la torre
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre,
que ella tiene otro cantar;
que es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
-Si es la voz del Conde Olinos
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.
 -¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar,
que si mata la conde Olinos
a mí la muerte me da!
Guardias mandaba la reina
a Conde olinos buscar
-¡Que lo maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar!
La infantina con gran pena 
no dejaba de llorar.
Él murió a la media noche;
ella, a los gallos cantar.

A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco;
de él nació un espino albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
Del rosal nació una garza;
del espino un gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan para a par.

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